La noche del pasado viernes se presentó en Carlos Pellegrini, el gran Alejandro
Apo junto al músico Marcelo Sanjurjo, ambos hicieron pasar a todos el público
una cálida noche llena de recuerdos, sonrisas, muy bueno cuentos, música y
anécdotas.

Antes de comenzar con el espectáculo Apo nos contó a cerca del mismo haciendo
referencia a las historias que lo atraviesan, las anécdotas y los personajes que
van apareciendo a lo largo de toda la noche.

– Alejandro, bienvenido a Carlos Pellegrini, te toca llegar a compartir
nuestros festejos patronales en esta oportunidad, ¿Qué impresión te dio la
llegada a nuestra localidad, que expectativa tenes? ¿y con que nos vamos a
encontrar esta noche?

– Los lugares como de la provincia de Santa Fe, la mayoría de los puntos de
esta provincia, son lugares de una recepción muy cálida para nuestro
espectáculo, hemos visitado más de 20 ciudades sobre todo del sur de Santa Fe, y
la verdad que la recepción en todos lados es natural, la gente recibe estas
historias del futbol pero de vida, estas historias del barrio, de los afectos,
de los amigos, con mucha naturalidad, sabiendo que nosotros nos basamos, junto a
Marcelo Sanjurjo, el gran músico marplatense, en textos de gente que ha
interpretado el futbol como nosotros lo interpretamos, hablamos de Dolina,
Soriano, Galeano, Fontanarrosa, Sacheri, todos ellos son personas que entienden
que los futboleros no solo somos personas que hablamos de la pelota, somos
también gente que nos involucramos en la cultura popular, que nos importa lo que
le pasa a la gente en el país, que vivimos en el barrio con las preocupaciones y
las alegrías de la gente y que con el futbol también nos formamos, y esas
historias las contamos homenajeando a los grandes jugadores que han marcado una
historia en el futbol, la homenajeamos saludando a los personajes del barrio,
que no siempre eran simpáticos porque estaba la vieja que se quedaba con la
pelota que le tirábamos al patio a la hora de la siesta, está el futbol que se
mete en una iglesia, que se mete en la escuela secundaria, que se las arregla
para estar en el alma nuestra, siempre , y entonces llegue a un lugar muy
futbolero, un lugar muy de los cuentos que cuento y entonces no necesitamos
conquistar al público, el púbico nos acompaña nos espera y es la sensación que
tengo en la noche de Carlos Pellegrini.

Por otro lado con que se encontraran en el espectáculo, habrá un saludo a
Maradona, a través de la música o de la poesía, un recuerdo para el Negro
Fontanarrosa, con uno de sus grandes cuentos, las anécdotas de como el futbol va
dejando enseñanzas también de vida y con ese marco musical de espectáculo
teatral que le va poniendo el «Turco» Sanjurjo, hacemos un espectáculo que la
gente recibe con el mismo afecto con el que nosotros armamos este
espectáculo.

– Alejandro todos sabemos que tenes muchos años de profesión en los
medios, pero recién hace doce que te decidiste a subirte al escenario de un
teatro, ¿quién o qué te decidió a hacer esto?

– Darío Grandinetti, ese gran actor y gran amigo, santafecino también, fue
quien me lo propuso. El bocha escuchaba mucho mi programa del sábado en
Continental, y un día me dijo nosotros vamos a hacer un teatro en Mar del Plata
con unos amigos, un teatro bar, La Subasta, que hoy es el teatro Güemes, un
teatro tradicional de Mar del Plata, y me dice porque no me armas un boceto de
lo que más te pide la gente, yo te voy a juntar con un músico, el «Turco»
Sanjurjo, y vamos a hacer un espectáculo. Pero le digo Darío, yo ¿cómo hago para
actuar ? si yo no sé nada de actuación , yo soy un hombre de la radio que lee
los cuentos, cuenta las historias, con la imagen del operador del otro lado de
la pecera y nada más, ¿cómo salgo a escena?, y él me dice no tenes que actuar,
tenes que leer y contar, vos lees bien y contás muy bien las anécdotas, yo te
voy a poner el músico que te va a dar el marco de la música incidental y si
haces referencia a un tango, va a cantar un tango, es un tipo muy dúctil, y
entonces le dije y bueno probemos. Y así arrancamos muy asustados, pero después
vimos el apoyo como el de Víctor Hugo Morales, quien vino y nos dijo que bueno
esto como para los pueblos chicos, ahí la gente se va a sentir muy identificada,
contando las historias de Diego. Y así es como ya hemos recorrido más de 350
ciudades, doce años y 530 representaciones, y la verdad que nos queda una
sensación muy cálida de que la gente recibe muy bien lo que le decimos.

– ¿se puede afirmar que te acompañan grandes guionistas en tu
espectáculo?

– Si, nos acompaña Fontanarrosa, Dolina, Soriano, Galeano, Benedetti, Sacheri
y de todos ellos vamos tomando historias, de las cuales la gente nos dice que
lindo que bueno, pero en realidad nosotros expresamos nada más, lo que
Fontanarrosa cuenta en ese cuento maravilloso, del ¨Viejo Casale¨, tantas
historias que son anécdotas, pero dejan tantas enseñanzas, porque el futbol
también nos ha formado a nosotros, esa cosa de los amigos no era solo futbol, el
crecimiento, los primeros amores, esas historias donde también se filtra el amor
o la pasión, y la gente lo recibe bárbaro, porque la gente sabe que es un
espectáculo muy simple pero que a la vez hablamos de ellos.

– En estos doce años, ¿lo han
ido modificando al espectáculo?

– Si todos los años l modificamos, hay una cosa que quedan casi siempre, que
son los versos a Maradona de Héctor Negro, que digo yo, y acompañamos con
música, antes el ¨Turco¨, hacia una canción de Pablo Coll y ahora hace una
balada preciosa que el Turco le escribo al Diego, que se llama Milagros de los
Potreros. Esto siempre esta porque nosotros consideramos que Diego fue quien nos
llevó del potrero al mundial, es el referente, y después, además, nunca falta el
cuento de Fontanarrosa, del 19 de diciembre del 1971 «El viejo Casale¨, es un
tema que siempre está en nuestro espectáculo, después cambiamos todo, vamos
variando temas de Perfumo, de San Filipo, buscamos cuentos e historias que
tengan que ver con el barrio y con el mundo.- La actualidad ¿se entrecruza en el espectáculo?

– Es más bien evocativo, pero hacemos también alguna referencia a la
realidad.

– Alejandro, muchísimas gracias.

– No a vos, muy amable.