ACTO DE LA MEMORIA EN CAÑADA DE GÓMEZ
Cañada de Gómez, Eventos 24 marzo 2012Allí se descubrió una placa en memoria de Víctor Paciaroni, cañadense desaparecido cuando residía en Villa María, y una escultura de artistas locales. Varios oradores plantearon distintos aspectos del ayer y el hoy en el campo de los derechos humanos. |
Tras una extensa lectura de adhesiones de quienes no habían asistido, comenzó el acto propiamente dicho, con varios oradores de acuerdo a la acertada modalidad elegida: habla quien piensa que tiene algo que decir. Y así fue, se destacaron las palabras, de Ricardo García, quien marcó un límite entre quienes son opositores y quienes juegan a la destitución y al golpismo. También, las de Mario Chiappino, quien alertó sobre la vigencia del alerta sobre los derechos humanos hoy, con el emblemático caso Morelli, un cadáver aquí nomás, en el edificio policial, que no mosqueó las autoridades quienes debieran garantizar nuestros derechos. Por su parte, Rubén Moreno trazó una pequeña semblanza del origen de las organizaciones de derechos humanos en Cañada de Gómez. Finalmente, Roberto Garín, la memoria viva de esos años, quien esta vez trajo al conocimiento, más que al recuerdo, de un desaparecido oriundo de estas tierras, Víctor Paciaroni, hijo de un empleado ferroviario, quien desde chico se radicara en Carlos Paz, y ya estudiante de arquitectura en la UNC y militante político de izquierda, se radicó en condición de tal en Villa María, donde fue buscado sin suerte por las fuerzas represoras el mismo 24 de marzo, y finalmente “chupado” y desaparecido en Córdoba, a los pocos meses. Garín rememoró la lucha de un puñado de operarios de La Helvética, quienes en plena dictadura pretendieron obtener algunas mejoras en su relación laboral, recibiendo en cambio la tortura y la prisión.Paciaroni ya tiene una placa en la Plaza de la Vida, donde ahora hay una escultura, una mano de metal que fue realizada por artistas cañadenses, y también hubo ofrendas florales y un panel en homenaje a Fany Giordano.La Plaza de la Vida mostró en la mañana del sábado un aspecto parecido al del año anterior, que a su vez se diferenciaba de los actos previos, cuando apenas un puñado de cañadenses acudíana recordar. Ahora el número de asistentes es mayor, casi todas las líneas políticas están representadas, militantes de derechos humanos, artistas, periodistas, además de los sensibles a pensar que la tragedia de treinta y seis años atrás está lejos de haber sido enterrada. Falta, sin embargo, la mayoría. Esa que por inacción cobró protagonismo, paradójicamente, en los años de plomo, como en tantos otros momentos de nuestra historia. Fotos: Roberto Larocca / Otrodía.com |