La lengua popular en la mirada de dos cañadenses

La lengua popular en la mirada de dos cañadenses

Cañada de Gómez

Desde el término «bayonesa» hasta la expresión «chito la boca», pasando,quelopario

claro, por el popular «qué va’cer», y por la sabia reflexión «hay gente para todo», este organizado rejunte pretende definir y dar status oficial a la mayor parte de estos así llamados argentinismos.
Así arranca el prólogo al libro, que está escrito cumpliendo todas las formas de los diccionarios comunes y corrientes de la lengua castellana, aunque su contenido sea el del lenguaje real con el que el argentino medio se comunica día a día con sus semejantes, junto a expresiones que provienen del cocoliche que hablaban nuestros ancestros inmigrantes.

En la década de los ’90, Gerardo Governatori y Roberto Larocca realizaron un primer esbozo de lo que ahora se convirtió en texto hecho y derecho. Entonces, en el espacio satírico de la revista Don Gómez que ambos editaban en esa época, apareció, en dos números sucesivos, un primer y limitado intento, entonces denominado Diccionario de Voces Patrias. Fue el germen del volumen actual, aunque entonces los autores no lo sabían. «Lo hicimos para llenar varias páginas de dos ediciones de la revista» –rememora Larocca-«pero de casualidad, mucho después ese texto le llegó al Negro Fontanarrosa, quien nos dijo que le había gustado y que iba a dárselo a su editor por las dudas. Pensamos: si a semejante capo le pareció interesante, valdría la pena trabajar en ello. Y comenzó la tarea de ampliarlo».

Y así fue, un trabajo de hormiga incorporando frases y palabras, incluso hubo varias propuestas para publicarlo, pero ninguna se concretaba, y llegó un momento en que los autores dijeron: basta, hasta aquí llegamos, ya que la lengua del pueblo no descansa y se sigue poblando de nuevos términos, por lo que quedó con el material que hoy presenta.

Hasta que el contenido llegó a Ediciones Continente, una editorial capitalina que lo publicó y lo distribuye, como diría el diccionario «en los buenos comercios del ramo».
«Se trata, desde ya –continúa el prólogo- de una obra incompleta. Por mucho empeño que se ponga –y juramos que lo hemos puesto, en casi quince años de compilación- resultará siempre imposible abarcar la entera complejidad de este verdadero organismo viviente y mutante que es el habla de un pueblo». Y así debe ser, entonces.

¡Qué lo parió, che! – Ediciones Continente – 254 páginas – $ 150,00

 

Fuente: otrodia.com

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