La ciudad de El Trébol está de duelo. Porque nos dejó una mujer que llevaba como lema el trabajo social y la cultura.

Mónica Marquiz, la “Negra” Marquiz, como muchos la conocían, nos dejó muy pronto, casi sin avisar, en el amanecer de este 2023, que empieza triste y conmovido.

Porque Mónica dejó, en su historia, un pasado lleno de cortes y quebradas; días de danza, de baile, de color y de ritmo. Mónica marcó un camino, sembró un legado, que tuvo que ver con la cultura y con una mano a los humildes.

Durante todo el 2022, Mónica nos llenó de alegría, trabajando de la mano con el Municipio, en esa recordada gala de tango y milonga, llevando la música a cada barrio en la Plaza San Antonio, aquel domingo del aguacero, o en el teatro, con sus grandes espectáculos. Siempre con la sonrisa a flor de piel, siempre con las ganas del primer día, siempre con los nervios de cualquier día de debut.

Mónica fue música, Mónica fue color, fue tango, fue samba, fue sangre latina en las venas, fue historia, fue cultura.

Hoy, Mónica ya es una leyenda. Pasarán los días, quizás las semanas y la Academia Henry Martin, hoy de rodillas, se pondrá de pie, para enarbolar esa bandera, la que Mónica siempre supo hacer flamear.

Y lo hizo con pasión, lo hizo con endereza y lo hizo con sabiduría. Junto a su familia, que la acompañó y apuntaló en cada meta, en cada escenario, en cada proyecto.

La luz de Mónica brillará hoy, mañana y siempre. Porque es la luz de la cultura. La que nunca se apaga, porque lleva consigo, el fuego del corazón. Un corazón, por cierto, valiente y hermoso.

Por Francisco Díaz de Azevedo
Director de cultura de la Municipalidad de El Trébol