Los «Caminos de Alfonsina» se presentó en la Casa Suiza de Rosario

Los «Caminos de Alfonsina» se presentó en la Casa Suiza de Rosario

Bustinza

La muestra «Los Caminos de Alfonsina» se presentó en la Casa Suiza (Rosario), en el marco de los actos por los 732° Aniversarios de la Confederación Helvética.

La gestión comunal agradece la invitación al acto protocolar que se realizó en la «Sala de Honor de las Banderas» en el Monumento Nacional a la Bandera, con presencia del Presidente Comunal Fabián Ballori, el Cónsul Honorario, Paul Berni, acompañado por otras autoridades consulares, provinciales y municipales.

Dicha jornada contó con la presentación y disertación de Teresa Zeballos.

La historia de Alfonsina fue apasionante, ella la forjó así. Nacida en Suiza, sus padres llegaron a San Juan cuando era muy pequeña y los problemas económicos los llevaron, en 1900, a Rosario. En el Café Suizo, todavía siendo una niña, le tocó trabajar, también lo hizo en una fábrica de sombreros. Escucho otra poesía de ella, Queja, esta vez cantada por Celeste Carballo.

Alfonsina quería estudiar, y así lo hizo en Coronda, entonces un pueblo. Se recibió de maestra, volvió por un tiempo, quedó embarazada de su amante, un hombre poderoso. Decidió tener sola a su hijo, le puso Alejandro.

Se acercó a las ideas anarquistas y feministas, escribió, publicó en Mundo Rosarino y Monos y Monadas. Recitó y actuó, se fue de gira con la compañía de José Tallavi. Siguió escribiendo, se fue a vivir a Buenos Aires. Fue maestra, poeta, dramaturga, escribió en la revista La Nota y el diario La Nación. Siguió publicando poesía, ganó premios, se amargó con críticas mezquinas.

Quedan sus libros de poemas, los artículos periodísticos editados en abril con el título Un libro quemado, biografías y estudios críticos. La escritora española Luisa González noveló su vida en Alfonsina, y tomó una de sus frases como epígrafe: “El mejor homenaje que puede hacérsele a un fuerte no es enterrar su tragedia como un ramo de bellas palabras, sino tratar de penetrarlas sin miedo de verdad alguna”.

Sin miedo de verdad alguna vivió y escribió Alfonsina. Será por eso que está tan presente esa mujer que se atrevió a hacer lo que quería. Y también eligió su muerte, ante el avance de un cáncer por el que tampoco se iba a dejar dominar.

Arriba