«La Dulce lágrima» que se liberó en Lehmann

Lehmann

“Soy un libro libre, una persona me dejó acá para que me leas yliberacion de libros (3)

luego me vuelvas a dejar, próximo día feriado, en otro lugar de la vía pública…”

Comenzaba el otoño y llegaba a Lehmann a dar comienzo a una nueva etapa…

La comunidad de “El Faro” me trasladaba hacia la Plaza San Martín en donde un grupo de vecinos recorría  cada uno de sus rincones como si buscaran un tesoro perdido; mi curiosidad me llevó a preguntar qué es lo que sucedía y  no tardaron en contestarme: “Hoy es el último día de la liberación de libros”.

El entusiasmo fue tal que me llevó a pensar que  podía aportar a tan maravillosa propuesta y a la cordialidad que se manifestaba desde el primer momento.  En mi bolso de viaje tenía una obra de una persona muy especial,  cercana a mis afectos.

“La Dulce Lagrima” de Raquel Rosso de Baigorri escritora, docente, oriunda de Las Parejas y madre de entrañable de amigos de toda una vida.

La Familia Baigorri es el nido que cobijo durante mi infancia las primeras travesuras, el de las meriendas cómplices y sin lugar a dudas el espacio en donde se respiraba la libertad de un hogar que me acercaba a mis primeros encuentros con el arte y la cultura.

«La Dulce Lágrima”, «la Joya Suprema”, «el Paraíso de Marco Polo”, «la Perla del Índico”, me cautivó y enseño  durante varias noches las vivencias del matrimonio Baigorri en Sri Lanka, en el año 2006. Raquel viajó,  durante 23 hs a  este lugar en donde Adán posó su pie, a reencontrarse con su esposo el Dr. Eloy Baigorri quien tenía a su cargo la coordinación del proyecto de Prevención del Dengue, una de las tantas secuelas que dejó el tsunami

Todas las sensaciones y recuerdos se entrecruzaban durante la caída del primer día de otoño. Un mensaje de Diego (el  menor de los Baigorri) me anunciaba que la herramienta que une a los pueblos a través de la cultura ya estaba lista y las voces de los amigos lehmenses invitaban a seguir soñando con este proyecto de unir los caminos, borrando fronteras.

El sol golpeaba la ventana del nuevo día, la calidez  y afecto de la familia que conforma la Comisión de Cultura local me llevaron muy temprano a la Plaza a dejar mi tesoro literario.

«Un libro que une a los afectos con cada  comienzo… «Aquel de los primeros pasos junto a una noble e intacta amistad y este que representa desafíos, ansias, sueños, desvelos, sacrificios, alegrías y tristezas que se borran con los abrazos y el aliento de  cada paso que se proyecta.

Humboldt y Esperanza nos esperaban y allí quedaba “La Dulce Lágrima” en la Plaza San Martín de Lehmann, en una liberación que simboliza un abrazo fraterno y sincero de cada «nuevo comienzo, con el «amor», en este trajinar constante sobre esta vida de “sembrador  sueñero”.

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