CÓMO SALIR DE LA DEPENDENCIA CULTURAL

General

Hernández Arregui afirmó: «La conciencia nacional es la lucha

 del pueblo  argentino por su liberación.» Esta estructura del pensar se pregunta  por cómo salir de nuestra dependencia económica, social, política pero  sobre todo, cultural.

Por Jorge Coscia

El desafío es entonces: pensar lo nacional conectado con lo universal. El pensamiento nacional es pensar desde la propia pertenencia y desde la propia conveniencia con miras a lo universal. O dicho de otra manera, retomando al querido Don Arturo Jauretche, es el pensamiento universal visto con nuestros propios ojos. En esa dialéctica universo-nacional se construye la originalidad y la potencia de esta matriz. Es importante absorber y comprender los pensamientos universales, pero para que la emancipación nacional sea tal y perdure, también debe construirse un marco conceptual propio. Por esta razón, el pensamiento nacional es el intento teórico de recomponer el sentido común nacional y pensar nuestra realidad, pero también la universal, desde el lugar donde uno se ubica. En nuestro país, este pensamiento es fuerte, porque también ha sido muy poderoso su contrario. A lo largo del siglo XX, el gran aporte teórico y práctico al proyecto nacional llegó a través de un proyecto político, el peronismo. A la Argentina, que llegó tarde a la revolución burguesa, como gran parte de América del Sur, le tocó el magnífico desafío de lograr dos emancipaciones en una. Tenemos que lograr la emancipación nacional, es decir, ser autónomos de otros países más poderosos en cuanto al proyecto económico y cultural. Pero simultáneamente, esto debe hacerse en función del hombre y para que le sirva a la sociedad. Es así como el peronismo sobrevive, porque continúa planteando un proyecto viable. Por eso, nuestra necesidad emancipatoria sigue viva y, periódicamente, renacen proyectos políticos que levantan la bandera del orgullo nacional y la autonomía, y la relacionan con el derecho a que esa liberación sea también la emancipación de los hombres, elevando los niveles de justicia y distribución de la riqueza. Esa es la gran batalla del pensamiento nacional.

Arriba