Walter,vuelo alto
Cañada de Gómez, General 30 abril 2014(Por César Negri). Mi primer contacto con él fue a través de un mail sin filtro donde dije cosas que no debía cuando salí en defensa de un amigo. Estas líneas no sufrirán correcciones porque los sentimientos son más genuinos cuando no pasan por un editor. Este martes 29 de abril falleció Walter Gasparetti, provocando un sufrimiento enorme en aquellas personas que tuvieron la fortuna de disfrutar su compañía.
En años donde la profesión de periodista está tan bastardeada por obra y gracia de sus propios integrantes, seducidos por billeteras millonarias del poder político y económico, Walter honró su trabajo con la enorme pasión que solo logran los amateurs. Las luces, la fama, el éxito efímero está cargado de personajes que se alejan del suelo. Inmiscuirse en la leyenda de su blog «Vuelo bajo» nos da cuenta de su espíritu diletante. «Abajo está la verdad» decía, y así ejerció su tarea en los medios donde abundan los que «repiten» sin siquiera permitirse dudar.
En la era del periodismo «copy and paste», Walter falleció trabajando para de El Decano rosarino, buscando él mismo la información sobre las cosas que sucedían en nuestra región.
Mientras escribo este texto recibo un mensaje donde me preguntan si tenía «mucho trato con él». Existía un cariño mutuo, un respeto a su honestidad, esas relaciones que se forjan sin excesivo contacto y donde cada llamada telefónica costaba terminarla. Hace diez días sentí su despedida cuando saludó con un «gracias amigo».
Aquellos jóvenes que desean amar la carrera de comunicador social, malo no sería que primero pregunten por «Tito», conozcan su trabajo y después sepan que para hacerla bien se necesita seguir su ejemplo.
Hace pocas horas, en una red social escribió por última vez: «Las personas cambian, pero también la manera de recordarlas». Razón no le faltará, muchos como él cambian para ser cada vez más grandes; y este gesto adusto de hoy, lleno de tristeza, seguro se transformará en una amplia sonrisa al momento de recordarlo.
Walter… Perdón por aquel mail de hace más de una década, no era la forma. Gracias por todo lo que vino después.
César Negri