El talentoso director de Orquesta sastrense Federico Gariglio se presentará por primera vez en el Teatro Colón de Buenos Aires en 2017, en un concierto homenaje a la trayectoria del gran compositor argentino Julio Viera.

La fantástica gala está programada para el 7 de abril en una de las cinco salas de Opera más importantes del mundo. Así lo confirmó el propio músico en diálogo con InfoSastre, donde repasó su extensa trayectoria y adelantó que se encuentra trabajando en la producción de una serie de conciertos que lo tendrá como protagonista en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

“Para comenzar a hablar sobre mi profesión actual debería hacer algunas referencias del pasado. Comencé a estudiar música a los ocho años, en el Liceo Municipal de Sastre, integrando luego la Banda infanto-juvenil y al mismo tiempo inicié mis estudios de guitarra y piano con la profesora Marta Chiavassa».

Una vez finalizado el colegio secundario, emprendió su camino formal propiamente dicho dentro de la música. En 1996 ingresó a la Universidad Nacional del Litoral, donde se recibió de Lic. en Guitarra y Lic. en Dirección orquestal, disciplina ésta que acaparó toda su actividad musical en los últimos años.

“Cuando me encontraba finalizando mis estudios en la UNL, en 2003, comencé a dirigir diversas agrupaciones y orquestas en la ciudad de Santa Fe, un poco para poner a prueba mis conocimientos y otro para comenzar a adentrarme y a desenvolverme profesionalmente en un medio que es muy cerrado y que presenta innegables dificultades de inclusión. Una vez recibido, en 2004, me trasladé a Buenos Aires para continuar perfeccionándome como director”, repasó.

Paralelamente a su actividad como director de orquesta y pianista, afirmó que tiene un pie firmemente anclado en la teoría y en la reflexión sobre la música y confesó que un determinado momento de su carrera, se tornó inevitable. Garilgio reconoció que todo esto, lo llevó a escribir y publicar varios libros y artículos para revistas especializadas del país y del exterior. Entre los libros se encuentran “Escritos sobre Música” (2006), “Unísono” (2009), “Punto contra punto” (2010), “Music in intimacy” (2013) y el más reciente publicado en 2015, “Sotto Voce”.

“Hacer música y pensarla en profundidad son actividades indisociables. Una sinfonía de Beethoven, por ejemplo, es una obra que habla tanto de ella misma como de su compositor y su contexto, pero lo hace en un código muy específico, cuya especificidad no sólo es técnica, sino también estética, filosófica e histórica; entonces, y llevándolo a mi realidad inmediata, donde el compositor me habla de sí mismo a través de su obra, pero lo hace estando ausente y sin palabras”, explicó.

En ese contexto, admitió que esa cualidad inefable que tiene la música es, además de su primera y última dificultad, su magia verdadera. “Uno -en mi caso- como intérprete de estas obras, debe ir mucho más allá de las notas; debe intentar llegar a la instancia última donde radica la esencia del propio compositor, pero esta inmanencia es intangible y no puede decirse realmente con palabras”, señaló dejando en claro la complejidad con la que lidian los músicos.

También destacó la importancia de pensar en los tiempos lentos o largos de la música. “Estudiar un Preludio para piano de Chopin, por ejemplo, puede llevar meses (incluso años, ya que estoy permanentemente volviendo sobre él y reestudiándolo); pero tocar esa obra, u otra similar, en un concierto en tiempo real, me demanda apenas unos pocos minutos. Es por eso que se trata de experimentar y vivir el tiempo de maneras muy distintas a como la sociedad actual nos tiene acostumbrados”, reflexionó el director, pianista y docente.

Y además agregó: “suele sucederme que, cuanto más estudio una obra musical, más compleja y rica se torna, y esto es propio de las obras de los grandes compositores de la historia”.

Además de sus actividades como director y pianista, tiene un vínculo muy fuerte con la docencia, siendo profesor titular en el Instituto Superior de Música de la Universidad Nacional del Litoral, en Santa Fe, y en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, en Buenos Aires, donde reside desde hace varios años.

Por otro lado, remarcó algunos acontecimientos que han definido su carrera. “En 2006 gané una beca para estudiar en Frankfurt, Alemania; fue algo muy importante y significativo, ya que solamente fuimos seleccionados cinco directores de todo el mundo. De regreso al país comencé a recibir invitaciones de otros lugares, con lo que terminé siendo profesor invitado en la Universidad Nacional de Córdoba, Universidad Nacional de Villa María, Universidad Nacional de Rosario, Universidad de Buenos Aires, Universidad Católica Argentina, Universidad de Chile, Universidad Federal de Rio Grande do Sul (Brasil), a donde viajo con frecuencia”, detalló.

A estas y otras actividades docentes, se le suma una enorme cantidad de conciertos que brindó en distintas salas de país y del exterior, ya sean sinfónicos, de cámara u óperas, un género fascinante por la complejidad y multiplicidad de disciplinas que involucra.

El reconocido director de orquesta y pianista sastrense fue galardonado con el premio internacional Ibermúsicas en la categoría música de cámara, junto a su colega Andrés Medús (tenor), con quien encabezó una gira por Brasil durante 2015.

Fuente: Infosastre