La Municipalidad de Esperanza se adhirió al Ente Cultural

Esperanza

La Municipalidad de Esperanza a través de su Intendente esperanza logo

Municipal Ana Meiners y desde la Secretaria de Cultura y Deportes dirigida por Norma Adriana Robledo envían nota de ingreso, habiendo analizado los estatutos que rigen en el Ente Cultural; en total acuerdo con las disposiciones del mismo como así también con los objetivos que su accionar persigue, manifestando la intención de adherirse a esta entidad para participar de las diversas propuestas culturales, contribuyendo a generar espacios de fortalecimiento e intercambios.

Esperanza: localidad del centro este de la Provincia de Santa Fe, en la República Argentina. Es la cabecera del Departamento Las Colonias. Se ubica a 40 km de la ciudad de Santa Fe. Es la primera colonia agrícola organizada del país y sede de la «Fiesta Nacional de la Agricultura».

«Un sueño inmigrante»

No fue únicamente la necesidad de cambiar de suerte lo que empujó a aquellos abuelos inmigrantes a cruzar el ancho mar hasta esta parte del mundo. La aventura tuvo mucho de sueño, no sólo en lo económico, sino en lo que les contaban de un cielo ancho, una tierra fértil; tal vez un país distinto. Y se dieron a florecer en hijos y nietos en esta llanura.

Fueron suizos, alemanes, franceses, italianos, belgas y luxemburgueses. Doscientas familias colonizadoras que llegaron a esta geografía santafesina entre fines de enero y comienzos de febrero de 1856.

En 1855, por cuenta y orden del gobierno provincial, había comenzado la construcción de los ranchos, la división y el amojonamiento de las tierras, en terrenos denominados de Iriondo, sobre la margen derecha del Río Salado.

La culminación de los trabajos fue comunicada por el agrimensor Augusto Reant, el 26 de noviembre del mismo año.

Años antes, el 15 de junio de 1853, el ministro de Gobierno de la Provincia de Santa Fe, Manuel Leiva, en representación del gobernador, Domingo Crespo, y el empresario salteño, Aarón Castellanos, firmaron el Contrato de Colonización Agrícola bajo el sistema de «subdivisión de la propiedad» que otorgaba una concesión de tierra a cada familia colonizadora.

Y luego fueron el trabajo, las ilusiones, los hijos y las cosechas que llegaron a tiempo para desterrar, al menos temporariamente, la nostalgia por esos puertos lejanos.

Así surgió la transformación, como en un cuento. Fue posible que la entonces Colonia Esperanza se convirtiera en una referencia para el mundo.

El testimonio del triunfo de la espiga por sobre todas las soledades y temores. Fueron «aquellos heroicos pioneros del suelo».

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