Reconquista: Olor de harina y albahaca en el litoral
Reconquista 9 febrero, 2017Prof. Hernán Agustini / Fotos Martín Galarza
El carnaval riojano de La Chaya revivió por octavo año consecutivo en el patio de la familia Molina – Corti en las tierras del viento norte y el chamamé. “Es un diálogo intercultural entre la chaya riojana y el sapucay del litoral, ritual agrario y de agradecimiento a nuestra madre tierra”, explicaron los organizadores que recibieron en Reconquista la visita de Pancho Cabral, músico, poeta y escritor riojano.
El festejo comenzó al mediodía del domingo 05 de febrero con una ofrenda a la Pachamama y un almuerzo a la canasta. Continuó con el izamiento de banderas y canto con cajas y tambores y promediando las cinco de la tarde se realizó el “topamiento de changos y chinitas” junto a la “coronación de los compadres”, para que pasadas las nueve de la noche se realice “la quema del pujllay”. En el medio mucha agua, harina en medio de aroma a albahaca.
“La Chaya del litoral tiene sus características. Es un diálogo intercultural entre La Rioja y Santa Fe, entre La Chaya y el Chamamé. Ese es el sentido de este Patio Chayero”, explicó Sebastián Molina que junto a su compañera Ana Inés Corti y sus dos chicos abrieron las puertas de su casa por octavo año consecutivo para que cientos de vecinos de Reconquista experimenten un acercamiento a los que en La Rioja es cuestión de Estado.
“A este ritual agrario que la Colonia también trató de destruir colocándole el nombre de “carnaval” y personificando la fiesta de cosechas con un muñeco sucio y borracho, satirizando y satanizando su sentido lúdico, lo vivimos intensamente por ser una fiesta ancestral. Subyace en el ser riojano ese sentido, seguramente viene en los genes, de allí su originalidad, el “bello atributo” de cantar coplas tristes en momentos de júbilo y viceversa”, aseguró Pancho Cabral, que fue una de las presencias destacadas del 8vo. Patio Chayero.
El cantautor, que antes de emprender su camino como solista había integrado grupos musicales de alcance nacional como Los Huanca Hua y Los Andariegos hace tiempo en una nota para Telam reflexionó que “el riojano nace con eso del agua, porque no la tuvo, no la tiene y la anhela para sus calores y colores; por aquí las sequías eran de 7 a 8 meses y esa figura fantasmal de los animales secos en su cuero, caídos a la orilla de los caminos, es algo que un niño no olvida jamás; es su paisaje, su identidad de tierra reseca y partida”.
Ese es el paisaje que desde niño llenó los ojos de Sebastián Molina hasta que el amor lo trajo a la tierra del viento norte y el chamamé donde sus vecinos lo apodaron sintéticamente como “El Chaya” Molina. Lejos de la tierra que lo vio nacer “El Chaya” creo un micro universo donde cada febrero su casa rebosa de harina y albahaca sobre una tierra saturada de agua y regada de lágrimas que las coplas van arrancando en medio de tonadas forjadas al calor de las sequías riojanas.
Audiovisual
El 8vo. Patio Chayero fue también el escenario para la filmación de un video financiado desde la Secretaría de Cultura y Educación de Reconquista a través del Fondo Cultural Municipal. El audiovisual registró la celebración y servirá como herramienta para docentes.
“En 2016 muchos docentes nos invitaron a hablar de La Chaya en las escuelas y aunque es muy rico compartir una charla, nos faltaba material para mostrarle a los chicos. A raíz de esto cuando surge la convocatoria para presentar proyectos al Fondo Cultural Municipal se nos ocurrió con mi compañera realizar un pequeño documental que podamos acercar a las escuelas de Reconquista de forma gratuita”, explicó Sebastián Molina, que para el mes de abril proyecta contar con el material.