Cuando el gimnasio se quedó vacío, la esencia cultural latinoaméricana sobrevoló una vez más la ciudad.
Ritmos, danzas, colores, idiomas, tradiciones, costumbres, instrumentos y sentimientos de lugares disímiles como Brasil, Argentina, Perú y Chile se entrelazaron en la retina y el corazón de 800 espectadores que colmaron las instalaciones del Gimnasio Edgar Degano.
El show vario todo el tiempo entre culturas distintas y diferentes ritmos.
El Ballet El Trébol con sus músicos conmovieron con una intro con “No llores por mí Argentina”, su estética cuidada y su suite de malambo para la ovación. Sólo 15 minutos bastaron para arrancar aplausos de la multitud. Claro, esta vez el Ballet era anfitrión y debía cederle el escenario a la visita.
Fusión de tradiciones
Así, sobre el escenario pasó lo ancestral de Perú con la Universidad de San Agustín y la Escuela Internacional, su sensual Marinera Norteña y los coloridos bailes del Cuzco.
Mas Bah, de Brasil regaló delicadeza, sutilezas, romanticismo y esa caricia a los oídos de juegos de voces estupendos. Fueron ovacionados y hasta tuvieron que repetir.
Para el final, como un terremoto, llegó Ariki Rapa Nui de Chile con su cuestión primitiva de Isla de Pascuas y sus danzas de la Polinesia.
Pons, feliz
“Había mucha gente. Este gimnasio es grande y estaba lleno. Logramos el objetivo de regalarle a El Trébol una mixtura de danzas y música”, señaló al respecto una Graciela Pons feliz y agregó: “Mucha gente trabajó en esto y lo hizo posible. Nos apoyó al Municipalidad, los sponsors y un Club como Trebolense que nos cedió las instalaciones. Fue una noche redondita”. Fuente. El Trébol Digital