Llegan los «Payadores Santafesinos»

Llegan los «Payadores Santafesinos»

Gestión E.C.

En el marco del programa #EnteNosotros el cual se desarrolla dentro del contexto de aislamiento preventivo y obligatorio por el Covid-19; el Ente Cultural Santafesino presenta el programa «Payadores Santafesinos» el cual posee la finalidad de reconocer y potenciar la figura de nuestros exponentes criollos.

A partir de este miércoles 3 de junio en las redes del Ente Cultural Santafesino payadores de distintos puntos geográficos de la bota santafesina brindarán su aporte y registro en esta nueva iniciativa virtual.

«Estos espacios permiten descubrirnos y especialmente reforzar una red de artistas criollos que durante muchos años viene trayendo este arte que transcurre de generación en generación» señaló Claudio Pellegrini – Director Usina I y Coordinador del programa.

Versos según los tiempos

La historia de los payadores remonta sus comienzos a principios del siglo pasado. El primer payador cuyo nombre se registra es un soldado que lucha conta las invasiones inglesas en 1806-1807: Simón Méndez, apodado Guasquita.

Los contrastes de las payadas se muestran en épocas de paz, donde los payadores cantaron las alegrías y penas cotidianas; en tiempos de guerra, sus versos animaron las ideas patrióticas.

En el Río de la Plata, la forma poética preferida por los payadores fue el romance, composición breve con versos de ocho sílabas, una modalidad popular proveniente de España y extendida con muchas variantes en América.

En la literatura, el «género gauchesco» adopta ese estilo con el precursor Juan Baltazar Maciel, que celebra en un romancillo en 1777 el triunfo de Pedro de Cevallos, primer virrey del Río de la Plata, contra los portugueses que habían ocupado la Banda Oriental.

Esa obra comienza de esta manera: «Aquí me pongo acantar/ debajo de aquestas talas…».

Casi un siglo después, en 1872, el Martín Fierro, de José Hernández, máxima expresión del estilo payadoresco, tiene un comienzo similar: «Aquí me pongo a cantar/ al compás de la vigüela…».

Esta forma de iniciar el canto tiene sus raíces en la tradición oral y es patrimonio del cancionero popular de toda América latina.

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